Sé lo que quiero, digo lo que quiero, vivo lo que quiero.
Me alejo de las presiones de adaptación externas para expresarme libremente de manera directa, sencilla y adecuada, sin agredir a otros ni consentir que me agredan.
La bondad y disposición para ayudar se convierten en obligaciones y acaba en sumisión.
Las personas en este estado no saben decir que no. Siempre están dispuestos a ayudar cuando se lo piden, y no se dan cuenta cuando llegan a su límite.
Estas personalidades se sacrifican por los demás hasta el punto de abandonarse a sí mismos.
A menudo actúan por órdenes de otros. Para evitar conflictos, prefieren se guardarse su opinión para sí mismos y seguir la voluntad de los demás.
No son capaces de distanciarse y viven una vida marcada por la sumisión.
Esta flor se clasifica en el grupo emocional «Hipersensibilidad al entorno«.
Cómo ayuda esta flor
Gracias a la ayuda de la centáurea se aprecian los intereses y límites de uno mismo. Se consigue alcanzar la autodeterminación y la fuerza de voluntad articulando e incluso imponiendo las necesidades propias.